El miedo al qué dirán. Tan fuerte y a la vez tan absurdo.

Hablando de la vida de los demás como si nosotros ya tuviéramos todo figured out. Nos falta vulnerabilidad y empatía.

Pero bueno, vamos al lio (yo aquí sacando mi vocabulario español).

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Cuando tenía ¿qué? 12 años. Íbamos a casa de mi abuela a celebrar navidad. Como buena latina, lo mío era, bueno son, las mini faldas, el animal print y como les he contado… ante la duda, lentejuelas.

Eso del ugly sweater en Christmas no va conmigo. Así que me puse mi vestido de animal print favorito, bueno la verdad era una camisa, como soy bajita me quedaba de vestido, corto, obveooooo. 

Llegamos a donde mi abuela. Abrió la puerta y me miro de arriba abajo. Ese scanner de abuela. Y me dice: “Vero estas como sexy ¿no?” (traducción: QUE *** TIENES PUESTO).

¿Hombre, en qué mundo que te digan que estas sexy es algo negativo? – “gracias Yayita”, le respondí.

Todos se rieron.

Entendí lo que realmente quería decir. Pero en ese momento entendí algo mucho más importante. La magia de ser diferente. Porque eso que te hace diferente es lo que te hace único. Hasta la mini falda.

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No me las voy a dar de la que no le importa lo que digan. Al final somos seres sociales, buscamos aprobación, admiración y sobre todo, conexión. 

Pero a la hora de emprender, especialmente al principio, no puedo explicarles lo importante que es saber que opiniones oír, cuales implementar y las que sin darle mucha vuelta, mandar a volar.

Proteger esa idea como si fuera tu bebe, incluso, si pueden, ni contarla. O solo a esas personas que van a proteger ese sueño como si fuera de ellos.

Ojo, a mí me costó mucho entenderlo. Pero aunque todos los comentarios sean bien intencionados, vienen con su dosis de pasado, miedos y ego. En realidad, cada palabra habla más de quien la dice, que a quien la dirige.

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Yo también fui people pleaser. Yo también ponía a los demás antes que a mi. Hasta que mi amiga Ana me dijo. “No puedes ayudar si antes no estas bien tu”. 

Eso mismo pasa cuando quieres tener tu empresa. Primero es crearte, empoderarte y convertirte en esa persona que necesitas para cumplir tus metas. (Esto lo vamos a hablar en otro vol.)

Además, ¿saben qué? Hagas lo que hagas, existirán los haters, los de “tengo una mejor idea”, los que no creen en ti. Los que se rieron, criticaron y te bajaron. But then… estas tú, prooving them wrong. Uff que equivocados estaban.

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El día que caes en cuenta de lo corta que es la vida. Te das cuenta de lo importante que es ser diferente, arriesgarte y VIVIR. Apagar Netflix y ese piloto automático en el que la mayoría vive.

Si me muero mañana, me voy de rumbita pal cielo, a celebrar, especialmente los últimos dos años en los que he VIVIDO, VIVIDO, VIVIDO.

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Así que…

Y no solo en el emprendimiento, en el día a día, en el amor, en los viajes,
en mis reuniones, con amigos, en mis hobbies.

Como dice Davis Muñoz: “No quiero morir sin cicatrices” 

Pero pilas al spoiler: para que pasen cosas hay que hacer cosas, get out there, arriesgarte, ponerte en the arena, como dice Brene Brown. 

Ahí, comienzas a contar con las manos las personas que te importa… “QUÉ DIRÁN”. 

Y hablando de ideas, de emprendimiento… todo suena muy loco, muy irreal, inalcanzable… HASTA QUE NO LO ES. Un día se convierte en tu realidad.

Pd. Cuando se lo leí a mi amiga Sofi me dijo: “me encanta, es muy inspirador, pero en el mundo real ¿cómo lo aplicas?”.

Los cambios no se hacen de la noche a la mañana, empieza por algo que no te cueste tanto y ve escalándolo.

¿Quieres escribirle? – ESCRÍBELE.

¿Odias tu trabajo? – HAZ UN PLAN DE ACCIÓN Y SALTE DE AHÍ PARCE.

¿Te da miedo viajar sol@? – UN PASAJE A PARIS YA MISMO.

¿Te encanta ese pantalón? – PONTELO SIN ANTES MANDAR FOTO.

¿Pones la mesa siempre igual? – MIX & MATCH, que en últimas, como siempre digo… se pide una pizza.

Rétate cada día un poquito más, esa es la única forma de crecer… y de conocerte.

-T&H